MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Real Madrid cayó este miércoles ante el Paris Saint-Germain en las semifinales del Mundial de Clubes y acabó su participación en el torneo que se disputa en Estados Unidos, punto y final también para el centrocampista croata Luka Modric, que deja el equipo blanco 13 años después de un fichaje que cambió su historia y la del club merengue, que encontró a un '10' que ya es patrimonio de la entidad.
"No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió. ¡Hala Madrid y nada más!". Así terminó el croata su discurso de despedida desde el centro del césped del Santiago Bernabéu en su último partido ante la afición blanca, volcada, en pie y agradecida a uno de sus ídolos y emblemas de una de las décadas más gloriosas de la historia del Real Madrid.
El 27 de agosto de 2012, en los últimos coletazos del mercado estival, el Real Madrid anunció la llegada del croata Luka Modric, procedente del Tottenham Hotspur inglés. El mediocentro llegó avalado por el entrenador en ese momento, el portugués José Mourinho, y aunque en el inicio generó dudas, reforzó un centro del campo que adolecía de creatividad y esfuerzo, iniciando entonces una de las etapas más exitosas en la historia del club blanco.
Desde su debut levantando la Supercopa de España, Modric se consolidó como el cerebro del equipo, destacando por su visión de juego, precisión en el pase y capacidad para aparecer en los momentos decisivo, pero sobre todo, por su pasión y entrega por los colores de su nuevo equipo, conquistando desde los inicios a la siempre exigente parroquia merengue.
El chico que llegó con 26 años, tímido, pero con una sonrisa, creció en el madridismo y puede presumir del mejor currículum de un futbolista en la historia del club, en otra demostración de que el talento supera obstáculos. Sobre todo, para un futbolista criado en Zadar, territorio fuertemente afectado por la 'Guerra de los Balcanes' de los años 90.
El mediocentro croata, que en septiembre cumplirá 40 años, ha disputado hasta el momento un total de 597 partidos --noveno jugador con más encuentros y segundo extranjero, por detrás de Karim Benzema--, a solo tres de los que jugó la leyenda Paco Gento.
En sus casi 600 partidos como madridista, Modric ha marcado 43 goles y ha conquistado 28 títulos (6 Liga de Campeones, 6 Mundiales de Clubes, 5 Supercopas de Europa, 4 Ligas, 2 Copas del Rey y 5 Supercopas de España), convertido en el jugador con más trofeos en la historia del club.
Pero con Modric no solo importa el qué, ya que es el cómo el que hace especial la historia del croata. Poco a poco se fue haciendo dueño del centro del campo madridista, independientemente de quien le acompañara. Compartió medular con Xabi Alonso y Sami Khedira; con Mesut Özil o Ángel Di María.
Aunque Modric siempre será recordado por ser la 'M' en la famosa 'CMK' junto a Toni Kroos y Carlos Henrique Casemiro. Este trinomio es considerado uno de los mejores centros del campo de la historia del fútbol, ya que fueron el cerebro y el corazón del Real Madrid que levantó tres Ligas de Campeones consecutivas (2016, 2017 y 2018), aunque en la primera que conquistó, en 2014, será recordado por ser el que puso el balón en la cabeza de Sergio Ramos para que el de Camas llevase la final de Lisboa a la prórroga y cuando el Atlético de Madrid ya acariciaba su primera 'Orejona'.
La influencia de Modric en el estilo del conjunto madridista también fue de menos a más, con su gol eterno en los octavos de final de la Champions League en Old Trafford, en marzo de 2013, para sostener a su equipo y demostrar que estaba preparado para ser un pieza clave en el presente y el futuro.
Modric se erigió como referente futbolístico dentro del campo por su calidad y sensibilidad por el balón, pero también como un líder silencioso dentro y fuera del vestuario por su profesionalidad, entrega y humildad, incluso cuando tuvo un papel menos protagonista, en especial en las dos últimas temporadas, fundamentalmente por la llegada de Jude Bellingham y la explosión de otros como Aurélien Tchouaméni o Eduardo Camavinga.
Pero esto nunca hizo que su enamoramiento por el club de su vida se enfriara, consciente de su responsabilidad como uno de sus baluartes de la época reciente de la entidad. Además, forma parte del exclusivo club de los jugadores con seis Copas de Europa, un privilegio que comparte con Paco Gento, Dani Carvajal, Toni Kroos --una de ellas la levantó con el Bayern de Múnich-- y Nacho Fernández.
Al croata le dio tiempo a también hacer historia con su selección alcanzando las semifinales del Mundial de 2018, año en el que recibió su primer y único Balón de Oro, el primero para un jugador que no fuera Leo Messi o Cristiano Ronaldo desde 2007.
Ahora, el fin en el Mundial de Clubes por el 4-0 ante el PSG supone también la ruptura de la relación entre Modric y el club madridista, aunque solo sea en la práctica, porque el Real Madrid sabe que el croata siempre será su '10', aquel que hizo levantarse al Bernabéu por un pase con el exterior. Porque Modric se ha ganado y merece ser considerado ya como patrimonio de la entidad.