Lima 27 Nov. (ANDINA) -
La acelerada adopción de la Inteligencia Artificial (IA) está redefiniendo el mapa energético mundial. Los centros de datos incrementarán drásticamente su consumo eléctrico en los próximos años, generando un desafío urgente: asegurar infraestructura energética y redes eléctricas capaces de responder a esta demanda intensiva, continua y altamente fluctuante.
Esta premisa se desprende del informe ¿Atrapados en la red? El apetito energético de la IA, publicado recientemente por Hitachi Energy. El estudio advierte que, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), aproximadamente 945 teravatios hora (TWh) de demanda eléctrica provendrán de centros de datos a nivel mundial hacia 2030.
La IA será el principal motor de este crecimiento, representando cerca del 10% del incremento total de la demanda eléctrica global.
“Un sistema eléctrico diseñado para la previsibilidad y la planificación de la carga base ya no es adecuado para su propósito. Debemos planificar en torno a cargas de rápido movimiento, alta densidad y picos intermitentes que pueden comportarse más como máquinas industriales que como granjas de servidores tradicionales”, destacó el Gerente de soluciones de centros de datos globales de Hitachi Energy, Aleksandar Grbic.
Desafíos energéticos
La expansión y modernización de las redes eléctricas ejercerá una presión creciente sobre las cadenas de suministro de equipamiento crítico. Solo considerando transformadores, y basándose en las proyecciones de crecimiento de la capacidad de centros de datos para IA, se requerirán entre 670 y 1,400 transformadores eléctricos a nivel mundial para 2030.
Para ese mismo año, McKinsey proyecta que estarán operativos 156 gigavatios (GW) de capacidad en centros de datos para IA, con 125 GW añadidos entre 2025 y 2030; un crecimiento comparable a toda la capacidad de generación eléctrica instalada en España. Otros expertos estiman cerca de 90 GW adicionales en este periodo.
En este contexto, será indispensable aumentar la capacidad de transmisión, reforzar la estabilidad del sistema eléctrico, impulsar la digitalización de la red y adoptar nuevas arquitecturas de protección y control.
Estas tecnologías, combinadas con la experiencia global de la compañía, permiten acelerar la conexión de nuevos centros de datos y asegurar la resiliencia de la red eléctrica en un contexto donde la IA será uno de los principales impulsores del crecimiento energético en el mundo.