MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, considera necesario desplegar una política "estable e integrada" que permita tanto "prevenir" como "extinguir" los incendios y que ponga fin a la "precariedad" de las personas que se tienen que ocupar de esta tarea.
Así lo ha descrito en un hilo publicado en su cuenta de Blueskay, recogido por Europa Press, en el que recalca que ante la ola de fuegos que ha azotado a parte del país "es el momento de cooperar y actuar".
"Estamos ante una emergencia que exige todos los medios y toda la colaboración posible. La ciudadanía quiere vernos trabajando juntos", apunta, sin entrar en la confrontación abierta entre el Gobierno y las comunidades afectadas que han denunciado falta de medios o tardanza en la colaboración.
Díaz desgrana las líneas de actuación que, a su juicio, se deben seguir para intentar paliar este tipo de situaciones en el futuro y que, pasan, en primer lugar por "acabar con el abandono rural".
LA AMENAZA ES REAL
"La falta de políticas ha obligado a muchas personas a dejar su tierra, sus cultivos, sus montes. Ese abandono tiene consecuencias", apunta, a la vez que recuerda que la ONU lo lleva años advirtiendo de que la crisis climática implica fuegos más violentos, más largos, más intensos. "La amenaza es real", apostilla Díaz.
En este contexto, subraya que se necesitan "políticas rurales y forestales que apuesten por un rural vivo", lo que implica limpieza, invernal del monte, producción agraria sostenible, ganadería extensiva y bosques autóctonos, en lugar de "monocultivos que arden como gasolina".
"Hace falta una política estable e integrada para prevenir y extinguir", enfatiza, incidiendo en que la extinción no puede concentrarse solo en el verano y en que hay que contar con "profesionales estables, bien equipados y formados", por lo que "hay que acabar con la precariedad y vincular prevención con extinción".
"El fuego no se apaga en agosto. Se apaga durante todo el año, con planificación, recursos y compromiso", concluye, remarcando que sólo es posible disfrutar de un "monte vivo" si hay un "rural vivo".