MADRID 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Más de 15 millones de personas nacidas entre 2008 y 2017 en todo el mundo padecerán cáncer gástrico a lo largo de su vida y la bacteria 'Helicobacter Pylori' será la responsable del 76 por ciento de los casos que, por tanto, podrían prevenirse, según revela una investigación de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Ogranización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, publicado en 'Nature Medicine', analiza datos de 185 países a partir de la información recogida por el Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN 2022) y las tasas de mortalidad específicas por cohorte de las proyecciones demográficas de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Según expone, pese a los esfuerzos en detección temprana realizados por diversos países con mayores recursos, sobre todo en Asia Oriental, el cáncer gástrico sigue siendo la quinta causa más común de muerte por cáncer en todo el mundo. Además, evidencia que la enfermedad seguirá siendo un importante problema de salud pública en el futuro si no se ponen en marcha las medidas oportunas.
De los 15,6 millones de casos de cáncer gástrico que prevé el IARC, cerca del 70 por ciento se producirían en Asia, con 10,6 millones de casos; seguida de América, con dos millones (13%); África, con 1,7 millones de casos (11%); Europa, con 1,2 millones de casos (8%); y Oceanía, con 70.000 casos (0,4%).
Por subregión mundial, se estima que 5,9 millones de diagnósticos tengan lugar en Asia oriental y 2,9 millones en Asia meridional. Además, 1,6 millones de afectados se concentrarían en América Latina y el Caribe, y 1,4 millones, en África subsahariana. Los datos recogidos desvelan que más del 70 por ciento de la carga estimada de cáncer gástrico se concentra en países con índice de desarrollo humano (IDH) muy alto (3,1 millones) o alto (7,9 millones).
Mientras que el 58 por ciento de los casos futuros de cáncer gástrico se esperan en regiones con una incidencia históricamente alta, un 42 por ciento se producirían en regiones con menor incidencia, debido principalmente a los cambios demográficos. En particular, se prevé un aumento significativo de la carga de cáncer gástrico en África subsahariana, donde el número de casos futuros será hasta seis veces superior al estimado para 2022.
'HELYCOBACTER PYLORI'
La mayoría de los cánceres gástricos, especialmente el cáncer gástrico no cardias, son causados por una infección crónica con 'Helicobacter pylori' y se pueden prevenir mediante el tratamiento de la infección con una combinación de antibióticos e inhibidores de la bomba de protones. La IARC recomendó en 2013 que los países introdujeran programas de detección y tratamiento de esta bacteria, pero hasta el momento ha habido pocos intentos de implementar estas iniciativas, incluso en áreas de alto riesgo.
Del número previsto de casos de cáncer gástrico a nivel mundial, el estudio estima que aproximadamente el 76 por ciento serán atribuibles a la infección por 'H. pylori', incluyendo ocho millones de casos en Asia, 1,5 millones en América y 1,4 millones en África.
A partir de estos resultados, la OMS ha recomendado la implementación de programas de intervención y control en la población, dirigidos especialmente a 'H. pylori', a modo de detección precoz y prevención. Un estudio de 2020 estimó que se ganarían más de 8,7 millones de años de vida ajustados por discapacidad si se implementaran a nivel mundial el cribado y el tratamiento de esta bacteria.
"Dado que los cambios demográficos aumentarán la carga de cáncer gástrico en muchas partes del mundo, existe una necesidad urgente de estrategias de prevención coordinadas y de que los sistemas de salud regionales estén preparados para gestionar esta creciente carga", ha aseverado el líder del Equipo de Prevención de Cáncer Gástrico del IARC y coautor del nuevo estudio, Jin Young Park.
Igualmente, la OMS ha apuntado a la ventaja que supondría el desarrollo de una vacuna contra 'H. pylori' como estrategia de prevención, especialmente en entornos de ingresos bajos y medianos. En la actualidad, solo una vacuna de estas características ha pasado la fase 3 de un ensayo clínico, por lo que ha instado a dedicar una mayor inversión en ensayos centrados en el desarrollo de vacunas, sobre todo para poblaciones pediátricas.