MADRID 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha instado nuevamente este miércoles a buscar una solución "a largo plazo" para mantener activo el sistema de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia después de que la última interrupción del suministro haya aumentado "considerablemente" el "riesgo de un accidente nuclear".
"El hecho de que aún no haya ocurrido un accidente no significa que no pueda ocurrir. De hecho, el riesgo aumenta a medida que se intensifica el conflicto militar", ha advertido el director general del OIEA, Rafael Grossi, durante una reunión de la Junta de Gobernadores del organismo.
Grossi ha advertido que la central de Zaporiyia --que tiene seis reactores en parada fría-- "no es la única afectada" por los ataques. "Las centrales nucleares de Jmelnitski y Rivne han estado funcionando a una capacidad reducida durante casi dos semanas debido a daños, incluso recientes, en subestaciones eléctricas críticas para la seguridad nuclear", ha resaltado.
La central, la más grade de Europa, quedó desconectada del suministro eléctrico externo a finales de septiembre, si bien posteriormente se pudieron reconectar dos líneas dañadas por los combates --las de Dniprovska, a finales de octubre, y la de Ferosplavna, el 8 de noviembre-- a raíz de las negociaciones llevadas a cabo entre Ucrania y Rusia para sendos altos el fuego "localizados" para las labores de reparación.
Durante el corte de suministro, la central funcionó a través de sus generadores diésel de emergencia, imprescindibles para las esenciales labores de refrigeración en la instalación.
Los seis reactores de la central nuclear no han generado electricidad desde hace más de tres años y están cerrados, si bien aún se necesita electricidad para dar energía a los sistemas usados para enfriar los núcleos del reactor y el combustible utilizado para evitar un desastre nuclear que conlleve una fuga radiactiva.