Publicado 22/05/2022 04:15

Una guía para ayudar a las empresas a generar impacto social positivo

Archivo - Manos con teclado
Archivo - Manos con teclado - EUROPA PRESS - Archivo

   MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -

   Los grandes desafíos sociales y medioambientales están impulsando nuevos modelos empresariales en los que ya no es suficiente generar beneficio económico para los accionistas, sino que las compañías necesitan aportar valor a todos sus grupos de interés y generar un impacto positivo al entorno.

   Bajo esta premisa, el Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo ha presentado la V edición de su informe anual, que en esta ocasión recoge una 'Guía empresarial para el crecimiento inclusivo: grupos de interés y valor compartido'.

   El objetivo de esta publicación es servir de ayuda a las empresas para generar mayor valor social y transmitir la importancia de apostar por un crecimiento inclusivo capaz de crear oportunidades en todos los segmentos de la población, en especial a aquellos que viven una situación más desfavorecida, en un contexto de recuperación económica como el actual postpandemia.

   "Con este informe queremos ampliar la comprensión práctica del concepto de crecimiento inclusivo para la empresa, facilitando las estrategias, las herramientas y las buenas prácticas empresariales que generan valor compartido e inclusivo, desde el diálogo y la colaboración con sus grupos de interés. Pretende servir de guía e inspiración para las diferentes áreas y departamentos de la empresa con el objetivo de trabajar por la inclusión y el desarrollo de sus empleados, proveedores o consumidores, entre otros de sus grupos de interés.", explica Mónica Gil-Casares Mesonero-Romanos, directora de Investigación y consultoría de Fundación CODESPA y coordinadora de la publicación, junto a Isabel Ortiz Travado, responsable de Empresa y Desarrollo de Fundación CODESPA y Social Gob.

   La guía destaca que se ha producido un cambio en la concepción de la vulnerabilidad y la pobreza en España. Así, más allá de los grupos sociales más vulnerables y en riesgo de exclusión (como personas con discapacidad, refugiados, inmigrantes, personas sin techo o víctimas de violencia de género), existen otros factores que inciden en la precariedad en la que viven muchas familias en España, tales como la pobreza energética, la precariedad laboral (pobres con trabajo), el desempleo persistente, la pobreza infantil, la brecha digital o la falta de acceso a vivienda.

   Para ello, el informe identifica las claves para crear valor compartido e impulsar el crecimiento inclusivo para aquellos grupos de interés de la empresa con potencial de inclusión a personas desfavorecidas.

   En el caso de los proveedores, bajo la premisa del respeto de los derechos humanos en toda la cadena de suministro y garantizar una compensación digna, se identifican cuatro áreas de impacto: políticas de compra (y pago) responsable y sostenible, formación y desarrollo de proveedores, mejora de la trazabilidad social de insumos y productos, y desarrollo de pymes y proveedores de menor tamaño.

   En cuanto a los empleados, la guía defiende que una política responsable de gestión de personas debe incluir la promoción de la diversidad e inclusión dentro de la organización, la flexibilidad y conciliación que permita la integración laboral de colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión (jóvenes menores de 25 años, personas con discapacidad, inmigrantes, víctimas de violencia de género, mayores de 50 años, entre otros) o el fomento de la innovación para la inclusión y promoción del intraemprendimiento.

   También aboga por seguir apostando por una retribución digna y la protección social, el fomento de la formación y aprendizaje continuo de todos los empleados y el desarrollo de entornos laborales dignos y motivadores.

   Sobre los consumidores, con el propósito de no dejar a nadie atrás, la guía recomienda desarrollar productos y servicios más accesibles y adecuados a la capacidad de pago de personas con menor capacidad adquisitiva o personas con discapacidad. Para ello, la empresa ha de conocer sus necesidades e incorporar una mirada inclusiva. La formación de clientes y consumidores en hábitos y prácticas saludables y la implementación de campañas de comunicación y marketing, inclusivo son otras de las áreas donde la empresa puede contribuir.

   Para las comunidades locales, las compañías tienen la oportunidad de ser más inclusivas al apostar por contratar a personas de las comunidades en las que operan, contribuyendo al tejido económico local, integrar a proveedores locales (sobre todo pymes y emprendedores de menor tamaño) en su cadena de suministro e impulsar proyectos de acción social o de filantropía que mejoren sus realidades.

   Sobre los inversores, señala que los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) han adquirido una especial relevancia en los últimos años, lo que ha favorecido el crecimiento de la inversión sostenible. La guía identifica cinco áreas de impacto para el desarrollo de inversores con enfoque inclusivo: la integración del impacto social y la sostenibilidad ambiental en la cadena de valor, asegurar el respeto de los Derechos Humanos, fortalecer el gobierno corporativo, medir el impacto social y ambiental, y mejorar la transparencia y reporting del desempeño ASG.

CREAR IMPACTO POSITIVO

   Para conseguir integrar la perspectiva del crecimiento inclusivo en la relación con los grupos de interés de la compañía, el V Informe del Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo contempla seis etapas que ayudan a estructurar la relación de las empresas con los grupos de interés para impulsar una visión transversal de la inclusión social.

   En concreto, hace alusión a la visión estratégica, en la que se definen y consolidan los grupos de interés; al análisis y planificación, con cada grupo de interés que se debe incluir a los grupos vulnerables; análisis de las capacidades y procedimientos internos para integrar el enfoque inclusivo; relación y estrategias de generación de valor inclusivo entre la empresa y cada grupo de interés; seguimiento y evaluación del grado de consecución de los objetivos y acciones realizadas, donde se identifican los aprendizajes; y reporting y comunicación de la relación con los grupos de interés, a través de los informes anuales y los Estados de Información No Financiera.

   El informe incluye buenas prácticas de empresas de diferentes sectores en gestión con sus grupos de interés con un enfoque inclusivo, además de diferentes herramientas para su gestión, como Prosper4ALL, que ayuda a medir y certificar el compromiso de las empresas por el crecimiento inclusivo.