Publicado 23/09/2022 10:40

Liudmila Ulítskaya, Premio Formentor 2022: "Me da miedo una nueva guerra mundial pero creo que ya ha empezado"

Rueda de prensa del Prix Formentor 2022 con la ganadora de este año, Liudmila Ulítskaya; el director de la Fundación Formentor, Basilio Baltasar, y la traductora de la autora rusa, Yulia Dobrovólskaya. En Las Palmas de Gran Canaria.
Rueda de prensa del Prix Formentor 2022 con la ganadora de este año, Liudmila Ulítskaya; el director de la Fundación Formentor, Basilio Baltasar, y la traductora de la autora rusa, Yulia Dobrovólskaya. En Las Palmas de Gran Canaria. - EUROPA PRESS

   Define a Putin como "alguien con pocos talentos y poca humanidad" y cree que la cultura "no debe ignorar" la situación actual

   LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 23 Sep. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Martínez) -

   La escritora rusa Liudmila Ulítskaya, galardonada este año con Premio Formentor de las Letras 2022, se ha mostrado convencida de que "una nueva guerra mundial ha empezado", a raíz de la ofensiva militar de Rusia en Ucrania, un conflicto que comenzó hace más de seis meses y que le hace experimentar "una tremenda sensación de catástrofe mundial universal".

   "Me da miedo y me preocupa una nueva guerra mundial pero creo que ya ha empezado. El día 24 de febrero de 2022 fue para mí el momento de certeza de que ya había empezado; porque no empezó el día 24, empezó antes, pero ese día tuve la certeza", ha reconocido la autora rusa en un encuentro con los medios en Las Palmas de Gran Canaria, donde este año tiene lugar la ceremonia de entrega del Premio Formentor.

   Precisamente, Ulítskaya (nacida en 1943, en los Urales) ha calificado de "chute vitamínico" este reconocimiento en un contexto en el que "todos están viviendo, sin excepción, un bajón importante en todos los sentidos: ánimos, esperanza, proyecciones hacia el futuro".

   Preguntada por su opinión sobre el presidente ruso, Vladímir Putin, ha afirmado que es "tan desagradable este personaje que nunca he llegado a pensar en él con palabras que utilizo para mi trabajo". "Se me presenta como alguien con pocos talentos, con poca gracia, con poca cantidad de humanidad que, por el capricho del destino, ha entrado en una posición muy importante", ha proseguido.

   Además, ha lamentado que tenga "mucha importancia en el mundo su modo de actuar con los demás" cuando, a su juicio, su comportamiento se asemeja "al de un hooligan o un gamberro por la noche". También ha asegurado que ve "capaz" a Putin de pulsar el denominado botón nuclear aunque se ha mostrado confiada en que, "por suerte hay una cadena de personas entre él y el botón que tal vez le paren los pies".

   Sobre la posibilidad de que el propio pueblo ruso pueda sustituir a Putin --su anuncio de movilizar a los reservistas ha provocado más de un millar de detenciones en al menos 38 ciudades del país-- cree que "las oportunidades son pocas". "En Rusia está presente y tiene mucha importancia una organización que en diferentes épocas ha tenido nombres distintos y que no deja de ser la policía secreta, que está muy introducida en la sociedad y que la tiene agarrada por la garganta", ha argumentado.

   En cualquier caso, la situación que actualmente se vive en Rusia hace que Ulítskaya recuerde a su familia, en concreto a sus abuelos y a su madre, que tuvieron que irse de Moscú al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Tambien ella tuvo que marchar con su familia a Berlín (Alemania), donde vive desde marzo de 2022 debido al conflicto bélico, y ha recordado que su partida de Moscú "fue muy rápida", fruto de decisión de su hijo, aunque ha puntualizado que "la palabra exilio es demasiado" para ella. "En cualquier momento puedo comprar un billete para volar a Moscú pero por supuesto no lo haré en un futuro próximo", ha precisado.

   Sobre el papel del mundo de la cultura en este y otros conflictos, Ulítskaya ha reconocido que no sabe si las palabras pueden hacer algo contra las armas pero ha defendido que "las palabras deben ser pronunciadas poque antes o después todoas las guerras se acaban". "Hacer la paz significa negociar y negociar no deja de ser palabra", ha zanjado.

   No obstante, la autora ha recordado que siempre ha estado "alejada de la política" ya que lo que le interesa "es la persona, cómo vive y se desarrolla pero en estas circunstancias la política gana más importancia", al tiempo que ha señalado que no excluye la posiblidad de que sus libros sean prohibidos, dada su oposición a Putin, un hecho que no le preocupa "lo más mínimo" porque, como ha rememorado, en toda su juventud leyó libros que se consideraban prohibidos.

   "Me pone muy triste esta situación, realmente triste. La política forma parte de la cultura y no al revés. La gente de la cultura no puede ni debe ignorar esta situación: hay que expresarse, no tiene que perder la oportunidad para hablar e influir en la política desde la posición de la cultura", ha subrayado.

   "En estos momentos me parece extremadamente interesante este paralelismo entre los años 20 del siglo XX cuando, tras la revolución bolchevique fueron expulsados intelectuales. Ahora se produce algo que encuentro muy parecido en todos los sentidos y me gustaría encontrar palabras para plasmarlo en una obra literaria", ha avanzado. En este punto, ha afirmado que, aunque tras la publicación de 'La escalera de Jacob' dijo que no se sentía con ánimo de escribir, ahora mismo "esperanza hay". "Yo misma tengo esta esperanza", ha zanjado.

SOBRE GANAR EL NOBEL: "ME CONSIDERO EN UN SEGUNDO LUGAR"

   Toda la obra de Ulítskaya está marcada por su sentido del humor, reflejo de su personalidad, un humor que ha salido a relucir al ser preguntada por la posiblidad de obtener el Premio Nobel (que se anunciará dentro de un mes), un galardón que no le quita "el sueño". "Estoy completamente segura de que no lo voy a recibir, tengo la convicción desde hace tiempo de que el segundo puesto es mucho mejor que el primero; me considero en un segundo lugar", ha reconocido.

   Sobre su conformidad con la etiqueta de ser una 'autora feminista', ha reconocido que tiene "una relación muy difícil con el término y concepto feminista". "Tengo la sensación de que el feminismo es un movimiento de mujeres que reivindican y necesitan convencer al mundo de su valentia, capacidad, etc. A nivel personal nunca he vivido ningún problema vinculado a mi sexo: primero porque casi simpre he triunfado y, si no lo conseguía, no pensaba que era porque era mujer", ha explicado.

   "Además vengo de una familia de mujeres fuertes y poderosas, mi abuela sacó adelante a la familia en unos años difíciles ya que mi abuelo estuvo 17 años en un campo de concentración y fue mi abuela la que llevó la familia. Mujeres fuertes, valientes, independientes: es un ejemplo que he tenido delante de mis ojos y me ha influido muchísimo", ha apostillado.

   Liudmila Ulítskaya también ha recordado con cariño su formación en ciencia (se graduó de la Universidad de Moscú con una Maestría en Biología y trabajó en el Instituto de Genética como científica) a la que dice "querer" y "respetar". "Recuerdo cuando en mis años escolares miré por primera vez por un telescopio: para mí fue un mundo nuevo", ha rememorado.

   También ha tenido palabras de elogio para la literatura en castellano, recordando que leyó 'El Quijote' de Cervantes cuando tenía solo seis años, "una edición de lujo" que estaba en la librería de su abuela y que estuvo "manoseando un año entero", sin olvidar otras latinoamericanas como 'Cien años de soledad', de García Marquéz, que era "el libro con mayúsculas".

   La entrega del Premio Formentor --dotado con 50.000 euros y puesto en marcha con el mecenazgo de las familias Barceló y Buadas-- tendrá lugar este viernes, a las 20.00 horas, en el Hotel Santa Catalina de la ciudad. Precede a la celebración de las Conversaciones Literarias de Formentor, que se celebran el 24 y 25 de septiembre con el lema 'Sátiros, pícaros y mangantes', y que reúnen a escritores, editores, críticos y público.

   Previo a este evento, a lo largo de este 22 de septiembre se ha celebrado un coloquio europeo de traductores con traductores y editores de varios países, quienes han compartido sus experiencias profesionales. Uno de los invitados, el ucraniano Iuri Lech, ha rechazado participar en el encuentro en protesta por la entrega del premio a Ulítskaya quien, en una rueda de prensa posterior, ha expresado tristeza por este tipo de reacciones pero se ha mostrado esperanzada de que "el sentido comun venza a estos sentimientos y todo vuelva a ser más normal".