MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Observaciones con el telescopio espacial James Webb de objetos helados distantes en el espacio más allá de Neptuno, conocidos como TNO, han revelado la existencia de trazas variables de metanol.
Se trata una molécula que es un componente importante de la química prebiótica y, por tanto, con el origen de la vida.
Los hallazgos, publicados en The Astronomical Journal Letters por la American Astronomical Society (AAS), revelan dos grupos distintos de TNO con presencia de metanol en el hielo superficial: uno con una cantidad reducida de metanol superficial y una gran reserva bajo la superficie, y otro, más alejado del Sol, con una presencia general de metanol más baja.
El estudio sugiere que la irradiación cósmica a lo largo de miles de millones de años podría haber influido en la distribución variable de metanol del primer grupo, a la vez que plantea nuevas preguntas sobre las señales atenuadas del segundo grupo.
RETROCEDIENDO EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO
Los TNO son importantes para comprender los orígenes de nuestro sistema solar, ya que son restos increíblemente bien conservados del disco protoplanetario (el disco de gas y polvo que rodea una estrella joven como el Sol) y pueden ofrecer a los científicos una visión completa del pasado.
La codirectora del estudio y profesora de investigación del Departamento de Física de la UCF (Universidad de Central Florida), Noemí Pinilla-Alonso, afirma que la investigación ayuda a reconstruir la historia de la química del sistema solar y a comprender mejor los exoplanetas, donde el metanol y el metano desempeñan un papel crucial en la formación de atmósferas y dan indicios de las condiciones de mundos potencialmente habitables.
"Se ha encontrado metanol, un alcohol simple, en cometas y TNO distantes, lo que sugiere que podría ser un ingrediente primitivo heredado de los inicios de nuestro sistema solar, o incluso del espacio interestelar", afirma en un comunicado. "Pero el metanol es más que un simple residuo del pasado. Al exponerse a la radiación, se transforma en nuevos compuestos, actuando como una cápsula del tiempo química que revela cómo estos mundos helados han evolucionado a lo largo de miles de millones de años".
El hielo de metanol es un precursor clave que puede dar lugar a moléculas orgánicas como los azúcares, y su descubrimiento en los TNO abre el camino para mucho más, afirma.
Estas diferencias espectrales revelan que no todos los TNO se formaron a partir de los mismos ingredientes moleculares, añade Pinilla-Alonso. En cambio, sus composiciones reflejan sus orígenes -dónde y cómo se formaron- y sus transformaciones a lo largo del tiempo. "Nuestros hallazgos sugieren que el metanol se destruye en la superficie de los TNO por la irradiación, pero sigue siendo más abundante en el subsuelo, protegido de esta exposición".